La apertura
El día 23 de julio, el Jamboree comenzó oficialmente en Summit Blecher Reserve en Virginia Oeste con la apertura de este evento. Pero antes de esta, a las 16:30 hs, los Global Ambassadors y los abanderados de los países participantes fueron convocados. Una vez allí acomodaron a los abanderados y pusieron a los GA en los países que carecían de estos. A mi me tocó representar a Siria, y, aunque a otros los terminaron sacando, yo me quedé. Nos acomodaron en una fila, preparándonos para entrar al escenario, yo estaba realmente nervioso, ya que no terminaba de entender que debía hacer. La apertura comenzaba a las 19:30 y la gente ya comenzaba a llegar. Empezamos a caminar hacia el escenario y casi no podía con mis nervios, pero al ver a todos los demás scouts solo pude sentir emoción y felicidad al poder vivir esa increíble experiencia. Cuando me tocó salir en lugar de Siria, al no tener bandera, tenía que bailar y mostrarme emocionado, cosa que no fue complicado ya que así me sentía. Una vez que el show de banderas acabó, nos llevaron a la parte de atrás del escenario, donde comimos. Luego cada uno de nosotros volvió con su país, yo estaba completamente orgulloso de mi parte por lo que había logrado hacer y por la gente que había logrado conocer. A medida que el show avanzaba me ponía cada vez más emocional y más consciente sobre lo que estaba viviendo y lo que quedaba por vivir. Cuando la música comenzó no pude hacer otra cosa más que bailar y saltar con mis amigo, intentando liberar toda la emoción que sentíamos. Por sorprendente que parezca, no nos cansamos en ningún momento. De a poco, la música paró y comenzó el show de drones, el cual fue realmente asombroso y puedo asegurar que me sorprendió y me encantó. Mientras veíamos las luces sentí como mis ojos comenzaban a lagrimear por todos los sentimientos juntos que sentía en mi interior. Miré alrededor y pude notar que no era el único que estaba llorando, y claro, eso era la representación de que nuestro sueño se estaba cumpliendo, que lo estábamos viviendo. Una vez que el espectáculo de drones llegó a su fin, los chicos de Argentina nos empezamos a abrazar, cada uno con sus amigos, intentando comprobar que lo que estábamos viviendo era real y para compartir nuestra euforia. Luego de eso seguimo saltando y cantando un tiempo más, hasta que llegó el momento de irse. En el recorrido de vuelta a nuestro subcampo, compartí mi experiencia con mis amigos, y ellos me contaron lo que pasó mientras estaba ausente.