Si después de leer el primer capítulo os habéis  sentido igual de embelesados que al empezar una novela de Laura Gallego, o no, sois bienvenidos a este segundo capítulo donde continua su historia.

 

24/07/’19 5:30 AM Summit Bechtel Reserve, subcampo D4, WV

 

No se levantaba pronto usualmente, pero ese día no le importó, sabiendo lo que le pasó el día anterior. Pensó que eso iba a ser lo mejor de su experiencia, pero ella sabe menos que yo sobre este tema, y sé que aún le queda mucho por vivir y por aprender.

 

Niebla.

 

Frío.

 

No estaba acostumbrada a estas condiciones, pero no le disgustaron. Ella caminó hasta encontrarse en la carpa blanca, el sitio desde donde yo hoy estoy contando su historia, allí, ya con los demás se dirigió a la aventura.

 

Se deslizó entre la niebla y la vegetación, y fue impresionante. Paisajes que no había visto en su vida, se sintió natural, VIVA.

Y siempre acompañada, aunque sus lenguas fueran diferentes, se comprendian, su compañera no tenía el mejor día del mundo, pero entre las dos pudieron hacer que mejorara notablemente.

 

Después, volvió con los suyos, mismas costumbres, misma lengua, fraternidad, amor común. Y con ellos empezó a empaparse de otras culturas, stans, casetas, más de 200 países diferentes y millones de scouts dispuestos a trabajar juntos para cambiar el mundo.

 

Fue divertido, pero aún con mucho tiempo, no pudo ni empezar a comerse un bocado de la experiencia, supongo que tendrá que volver allí.

 

Pero ahora continuamos con su día, tirolina, sentir el viento en la cara, adrenalina, pero no la misma que había vivido con su bandera, otro tipo de sensación, más salvaje y primitiva, miedo, pero ese miedo que los humanos hemos aprendido a disfrazar con riesgo y diversión, y, sin duda, fue divertido para ella.

 

Después, corrió.

 

En su vida para llegar a todo hay que correr, y puedo asegurar que ella quiere llegar a todo…

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